28 de septiembre de 2007

Su voz... solo un suspiro. Y él, como siempre, solitario. Quiero andar tras de su rastro cuando cae la noche, pero siempre pierdo el camino cuando contemplo la luna y mis labios dibujan un 'quizá'. Todo es una travesura de un par de solitarios que buscan pretextos para hacerse compañía. Y cuando menos me lo espero, aparece la duda, se sienta junto a mi y empieza a joder mis pensamientos, me dice con voz dulce 'Hay algo más, no todo es juego'. Parece que se le olvida que soy pesimista y que hace tiempo perdí la vocación de soñadora.

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